Estamos ya en plena campaña de comuniones que, este año y debido a la pandemia, será bastante más larga que otros años ya que lo normal es que la campaña dure desde primeros de marzo hasta finales de mayo, pero este año, debido a que muchas iglesias han decidido retrasar la celebración de las comuniones hasta el mes de septiembre seguramente vendremos realizando sesiones de primera comunión hasta mediados o finales de septiembre.
Así que este año nuestra primera modelo ha sido Laura, una niña muy cayadita pero encantadora que tenía previsto hacer su comunión el pasado año pero que decidieron retrasarla hasta este año para ver si la cosa iba mejor. Ella ha sido quien ha estrenado oficialmente el decorado de este año.


Llegó muy tímida, con un precioso vestido corto (algo muy original para una comunión y que en este decorado también luce muy bonito) pero después de un ratito jugando con ella y divirtiéndonos juntas conseguimos que se relajara y nos enseñara esa encantadora sonrisa que tiene bajo esa estampa de joven adolescente que ya despunta a estas edades.
Además del bonito vestido corto, el complemento de la capita a juego le daba un aire muy fantasioso que combinaba a la perfección en el decorado, pero lo que siempre siempre siempre traen de cabeza a las mamás es el lazo del vestido…. por suerte ya son muchos años haciendo lacitos en mi trabajo (no solo en las sesiones de comunión, también usamos lazos en algunas sesiones premamá) y tengo amplia experiencia haciendo lazos con lo cual siempre suele tocarme a mi hacérselo el día de la sesión de fotos…. otra cosa es que las mamás sean capaces de repetirlo el día de la ceremonia.

Durante la sesión, como siempre, utilizamos varios atrezzos, en este caso el banco, los faroles, la farola, el columpio y por supuesto el favorito de las niñas, el paraguas de encaje…. aquí ya suelen soltarse del todo si aun no lo habían hecho ya que es un elemento que les hace sentirse como princesas de cuento, o actrices famosas en la alfombra roja. Un artículo que por su elegancia y versatilidad nos da mucho juego y ayuda a las niñas a salir de esa timidez inicial y sacar su lado mas juguetón.


Otro momento idílico es el columpio, aaahhhhh ese objeto de deseo, todos los niños vienen como locos a subirse en él y tener su foto de comunión en el famoso columpio… las flores en las cuerdas, las tablas de madera, y el fondo de pared de roca con las enredaderas le dan un aire “vintage” y hacen que los niños se sumerjan en su propio cuento de hadas particular, lo que da como resultado unas fotos frescas y divertidas por que no hay nada como hacer sentir a un niño como a un protagonista de sus propias aventuras épicas.



En conclusión, Laura disfruto mucho de su sesión, a pesar de su timidez consiguió relajarse y todo eso queda reflejado en las fotografías que acompañan este artículo que seguro harán las delicias de todas las personas que la rodean y la quieren. Un recuerdo que quedará perpetuado para siempre en este reportaje, y que ya formará parte de la historia personal de esta familia.


